La Ruta
- 01 Barcelona
- 02 Italia
- 03 Mar Mediterráneo
- 04 Egipto
- 05 Mar Rojo
- 06 Mar Arábigo
- 07 India
- 08 Nepal
- 09 Tibet
- 10 China
- 11 Vietnam
- 12 Camboya
- 13 Laos
- 14 Tailandia
- 15 Malasia
- 16 Singapur
- 17 Indonesia
- 18 Australia
- 19 Nueva Zelanda
- 20 Argentina
- 21 Uruguay
- 22 Brasil
- 23 Paraguay
- 24 Bolivia
- 25 Perú
- 26 Catalunya
- 27 Alemania
- 28 Kosovo
- el viaje
- inspiritual
Actualizaciones de Twitter
- 🤩Únete a Juantxo! Aquí: @Los40Classic 📻 los40.com/seccion/los40c… 🕺🎶 https://t.co/J5EAcs03BU 2 days ago
- Preventa entradas DABUTI abierta en 1, 2,... YA!!!💥 twitter.com/Los40Classic/s… 2 days ago
- 👀 Ojo al canal de Youtube de @LOS40Classic Estrenamos nuevo formato de entrevista con @ivanferreiro 📺🎶:… twitter.com/i/web/status/1… 4 days ago
- ¿Cuál es tu playa favorita? 4 days ago
- RT @Los40Classic: La vida de @IvanFerreiro en cinco canciones. 🎵 ➡️@Sokolowicz charla con el músico gallego para trazar el recorrido de su… 5 days ago
Comentarios recientes
lo más celebrado del blog
5 minuts+ (div. 8:10am iCat fm)
- 01 – Deixar-ho tot, marxar de viatge
- 02 – Tipus de viatgers segons la pasta
- 03 – "Come, reza, ama" India (min 8)
- 04 – Coses importables a Catalunya
- 05 – Motius per fer submarinisme
- 06 – Sortir de la bombolla turística
- 07 – Indonèsia, desastres naturals i reaccions de la gent
- 08 – CouchSurfing, connectant viatgers amb les comunitats locals
- 09 – Mai no és massa tard!
- 10 – Un viatge llarg és ple de "primers cops"
- 11 – Viatjar low cost per Austràlia és possible
activismo
como en casa
eco
perfiles BR1
pop
Viajar en Barco Carguero (Cargo Ship)
viajes
- Around the Coast in 80 Waves
- Cosas que no hicimos jamás
- CouchSurfing
- Diario de a bordo
- el mundo a sorbitos
- El viatge del Sergi
- Goar around the world
- La Volta dels 25
- lluny.cat
- MyVuelingCity
- Nadja on Wheels
- OverAfrica
- PEIXETRODAMON
- Sempre l'Oest
- Sentint el món
- Sud Amèrica a dos
- Top to Top
- Un parell de rodes
- Yo Camino Al Revés
Contacta
Cartas de amor, muestras de apoyo, propuestas indecentes, contratar al reportero como enviado especial, esponsorizar el planBR1... juntos podemos hacer más cosas.-
Únete a otros 6.071 suscriptores
Enlaces RSS
Visitas
- 158.481 personas
Archivo de la categoría: el viaje
Kosovo, un país normal
Poco después de declarar en este mismo blog que me quería dedicar a promover la paz mundial me contactó Ginés Alarcón, un ex compañero de scannerFM, para ir a conocer un país perteneciente a una de las zonas más calientes del planeta, la Europa del Este balcánica. Allí donde empezaron las dos guerras mundiales y donde el viejo continente vivió el último genocidio de su historia tras la desintegración de la antigua Yugoslavia. Sabiendo que para consolidar la paz hay que entender el conflicto primero, mi camino tiene que ser el de la búsqueda de la verdad y el entendimiento. Eso comporta viaje interior, empatía y conocer las raíces de los conflictos. Tanto los propios, como los ajenos. Y desde un punto de vista mundial o geográfico, seguir indagando en la historia, antropología y tensiones identitarias varias. Así, sé que es vital para la paz en el mundo encontrar la concordia entre Catalunya y España, entre Israel y Palestina, entre Tíbet y China y entre todos los países de la zona de los Balcanes. El más nuevo de ellos es la República de Kosovo que proclamó unilateralmete -con ayuda de la OTAN y los EEUU- su independencia de Serbia en 2008, hace solo cuatro años. A fecha de mi viaje a Kosovo, 91 de los 193 miembros de Naciones Unidas lo reconocían como Estado. La mayoría de países de la Unión Europea lo hace, España no. Los motivos, evidentes. Que Euskadi y Catalunya no le digan «eh! y yo qué!?». Así que Kosovo, que ya intentó ser un país normal en 1991 y no lo consiguió, ahora parece que va por buen camino. Con una identidad que les acerca a Albania. Con una soberania que buscaron con respecto a Serbia. Y con un mundo en el que cada vez tienen menos sentidos las fronteras, las barreras, las aduanas y los visados. Ahora para la población kosovar, viajar es un suplicio, se tienen que ir a Macedonia a hacerse un visado, y su pasaporte en medio mundo no es reconocido como tal. Para nosotros, en cambio, es fácil ir a Kosovo. Su gente es abierta y hospitalaria. El país es seguro y tranquilo. No hay turismo todavía, cosa que lo hace muy atractivo y súper auténtico. La mitad de la población es menor de 25 años y la vida cultural está viva y efervescente.
La Fundación del controvertido filántropo norteamericano de origen húngaro George Soros, Kosovo Foundation for Open Society nos trató como reyes, o mejor, como diplomáticos, a una pequeña delegación de periodistas y blogueros de Bosnia-Herzegovina, Grecia y España (que junto a Chipre y Eslovaquia son los 5 países de la UE que todavía no reconocen a Kosovo) para crear puentes entre Kosovo y estos Estados con los que de forma oficial no se hablan ni tienen ningún tipo de relación. Así que, durante cuatro días me sentí como un embajador o un miembro de la ONU en misión de paz. Nos trataron genial, nos presentaron a miembros destacados de la sociedad civil, de la cultura y la política. Conocimos a la directora de KOHA, el mayor grupo de comunciación del país, muy crítico con el gobierno. Tuvimos una charla con el Primer Ministro en su despacho. Comimos con el vice-Ministro de Asuntos Exteriores, un chaval de 33 años muy avispado. Visitamos la capital Pristina, y también fuimos a Prizren, la más bella población del país, donde se celebra el Festival de Documentales y Cortos más importante de la región, el Dokufest. Vamos, que tuvimos la ocasión de expandir nuestro conocimiento, nuestra empatía y nuestra comprensión de pueblos vecinos que a veces nos pintan como muy lejanos y oscuros. Y de paso romper un montón de esterotipos nocivos relacionados con el Islam. Sí, la mayoría kosovar es musulmana, pero ni las mujeres van cubiertas de pies a cabeza, ni las encierran en sus casas todo el día, ni les impiden estudiar o trabajar. El sistema político es la democracia. La juventud es normal. La gente usa teléfonos móviles, internet. Hay mucho paro, como en España. Hay revistas muy interesantes como Kosovo 2.0 y hay vida nocturna, sí. Hasta bailan salsa y toman mojitos! O sea, que Kosovo es un país normal, y así quiere que se lo reconozca. Nada más y nada menos.
Publicado en 28 Kosovo, el viaje, inspiritual
aprender a respirar
Aprender a respirar te puede cambiar la vida. A mi me la cambió. Y es algo tan básico, tan instintivo, que no se enseña ni en casa, ni en el cole, ni en los medios de comunicación. Venimos a este mundo sabiendo hacerlo y por el camino nos vamos olvidando. A veces, haciendo algún deporte, alguien puede decirte «inhala por la nariz, exhala por la boca». Toda una lección que sirve para un montón de cosas: oxigenar el cuerpo, darle energía, limpiarlo, eliminar las toxinas, rabia y miedo acumulados dentro en forma de dióxido de carbono. La sabiduría popular cuando alguien estaba a punto de cometer alguna barbaridad, un acto violento del que se iba arrepentir, te decía «respira hondo, cuenta hasta diez» y funciona. Excepto para los muy rabiosos, para los que habría que pasar al yoga y la meditación, que también funcionan. En yoga hay toda una práctica dedicada a la respiración, son los ejercicios de pranayama (en sánscrito), además, las posturas o asanas se arman y desarman en sincronía con la respiración, que marca el ritmo de cada movimiento. En meditación, uno trata de desidentificarse de los dramas que crea nuestra mente, yo no soy mi cerebro, él es parte de mi y yo puedo observarlo, igual que observo a mi cuerpo, o al entorno, y sus ruidos, su temperatura, textura, olor… Cuando uno es el observador, los pensamientos obsesivos, las preocupaciones, los problemas, se hacen pequeños. Uno toma distancia. Y una de las formas más fáciles y eficientes para entrar en ese estado de paz, cuando nos sentamos a meditar, es la observación de la respiración. Observarla sin intervenir, ver si es corta o larga, rápida o lenta, ajetreada o silenciosa. Y observarla interviniendo. Haciéndola más larga y pausada, siendo consciente de ella. Y llevarla con la mente allí donde pueda haber una molestia. A mi, aprender a respirar, entre otras muchas cosas, me quitó el miedo a volar. Desde que entendí que cuando uno respira hondo, llenándose los pulmones de oxígeno, de aire fresco, para luego vaciarlos de los deshechos en forma gaseosa que nuestras células eliminan… cuando entendí que haciendo eso de forma consciente y plena uno no deja espacio físico para el miedo, se me fueron las taquicardias, los sudores fríos y la imaginación catastrófica, características del miedo a volar en avión. Si nos enseñaran a respirar, muchas cosas cambiarían.
Respiración consciente: inhalar por la nariz (4 segundos o más), retener el aire dentro un segundo, exhalar por la boca (el mismo tiempo que la inhalación), mantener sin aire los pulmones un segundo, y vuelta a empezar. Un minuto, no hace falta mucho más. Si quieren practicamos juntos mientras vemos el video.
Publicado en el viaje, inspiritual
Berlín
Habían pasado ya dos meses de mi vuelta a Barcelona. Lo que muchos llaman la vida real se había puesto en marcha de nuevo: vivir en el sitio donde se supone, ver a los amigos, a la familia, trabajar. Porque sí, me he reincorporado al día a día en la empresa con la que tengo mayor vinculación emocional, scannerFM. Con ideas y energía renovadas. Con ganas de probar cosas diferentes. Una de ellas ya está en marcha, MyVuelingCity, una guía de los destinos de Vueling. Y aunque no sea uno de ellos, yo quería ir a Berlín antes de ponerme a trabajar en serio. Y visitar a quien ha sido mi compañera a lo largo de la segunda mitad del viaje, entre Australia y Perú, y su posterior vuelo a Frankfurt. Con Anja compartí 8 de los 16 meses de viaje, y ahora está en Berlín. Así que para ahí me fui, a mediados de septiembre, a pasar una semana con mi socia.
Nos tocó muy buen tiempo. Diez grados menos que en Barcelona, pero muy agradable. Sol todos los días, menos uno hacia el final en el que llovió casi todo el rato, cosa que también me gustó ver, sentir y oler. Me gusta el olor de la lluvia humedeciendo la tierra, limpiando las calles, dando vida a los árboles, que en última instancia son los que nos dan la vida a nosotros a través del aire que respiramos. Berlín es una gran ciudad, muy abierta y con abundante verde. Llena de bicicletas montadas por gente de espíritu jóven de todas las edades. Con barrios señoriales en el Oeste, como Charlottenburg, donde están todas las marcas caras. Y lo más interesante y vivo en el lado Este, que lleva más de 20 años de dinámico despertar tras la caída del Muro que dividió a la ciudad y al mundo desde 1961 hasta 1989. Me gusta Berlín Este. Desde el multicultural barrio de Kreuzberg al encanto de la calles y plazas de Prenzlauer Berg. En más de una ocasión nos perdimos callejeando por el inmenso distrito central de Mitte. Si tuviera que vivir en una capital en Europa, me quedaría en Berlín.
Publicado en 27 Alemania, el viaje
Catalunya, inicio y fin de mi primera vuelta al mundo
La tierra es redonda. Si sales de Barcelona un 15 de febrero de 2010 y vas hacia el Este llegas a Asia, luego hacia el Sur y topas con Oceanía, sigues hacia el Este y te encuentras con Sudamérica y finalmente otro toque de Noreste y estás de nuevo en Europa, llegas al mismo lugar en algo más de 16 meses. Mi primera vuelta al mundo ha durado 507 días. Aterrizaba en Frankfurt y luego en Girona el 9 de julio de 2011. Y tras disfrutar de familia y Costa Brava llegué a Barcelona, de nuevo, el 13 de julio, 512 días después de zarpar en el Grimaldi a Roma aquella lluviosa noche de invierno en el puerto de BCN. Me emocionaron profundamente, aunque por motivos distintos supongo, tanto la partida como el regreso. Y el momento del retorno en el más cosas se movilizaron dentro de mi fue cuando empecé a divisar y reconocer Catalunya desde el aire. Sentía un inmenso SÍ interior. Y lo he disfrutado durante un par de meses. Me gustaría dar un par de vueltas al mundo más (una en diagonal, pasando por los países del Este, cruzar Rusia y Mongolia con el Transiberiano, ir a Hong Kong, Filipinas, Japón, Alaska, Canada… y otra en vertical, pasando por Africa, la Antártida, las islas del Pacífico, el Polo Norte y los países escandinavos). Y me parece perfecto que mis próximas dos vueltas al mundo, como la primera que acabo de dar, empiecen y terminen en Catalunya. El viaje ha sido el mejor regalo que me podía haber hecho, y va a ser difícil de superar. No sé si haré dos vueltas más, pero sé que es fundamental tener sueños y salir a perseguirlos. Y también he aprendido a lo largo de los kilómetros recorridos que cuanto más se centra uno en el momento que está viviendo, más se ensancha la vida y se disfruta cada experiencia. He vuelto lleno de vivencias. El mundo, su naturaleza y su gente me han regalado belleza, sabiduría; amor. Me siento en deuda. Y no es una carga, para nada, es un placer. Me siento afortunado y privilegiado por haber podido hacer mi camino. Y también porque tengo ganas de seguir transitándolo. Quiero vivir y trabajar para el mundo, su naturaleza y su gente. Pertenecemos a los tres grupos, así que al volcarnos en ellos estaremos cuidando de nosotros al mismo tiempo. Es la fórmula para sentirse bien, plenos. Llámalo karma, llámalo amor, felicidad, lógica, sentido común o Leyes del Universo. Da igual. La palabra, en este caso, es lo de menos. Lo importante es la idea. No tiene sentido la lucha contra nosotros mismos. Ese camino ya está agotado. Ahora hay que buscar otros.
Publicado en 26 Catalunya, el viaje
En Perú, Machu Picchu y mucho cebiche
Y finalmente, Perú. Un país por el que siempre me sentí atraído sin saber muy bien porqué. Ahora, tras visitarlo, ya tengo algunos argumentos. Históricos, culturales, lingüísticos, gastronómicos, arquitectónicos. La primera parada fue Cuzco, hermosa ciudad de paso obligatorio para ir al Machu Picchu, pero mucho más que un escala técnica. El poderío que respira la Plaza de Armas te hace entender de golpe la importancia que tuvo la capital del imperio inca que se extendió por los Andes, de Colombia a Chile. Después llegaron los españoles, que eran brutos, pero no tontos, y construyeron sobre los restos incas, la mayoría de iglesias y palacios que todavía hoy presiden la ciudad. Es curioso ver las diferentes capas en las construcciones más antiguas de Cuzco. La base de piedras gordas incas y más arriba la arquitectura española. Todo un viaje en el tiempo. Y de ahí a la maravilla de Machu Picchu. Ningún resto de antigua civilización del mundo me ha llegado tanto como la misteriosa ciudad-montaña. Camuflada entre la maleza durante tres siglos, pasó desapercibida para la historia, los europeos y sus descendientes. Hasta que llegó Indiana Jones (en realidad su nombre era Hiram Bingham) a redescubrir -mientras buscaba otra cosa-, hace ahora exactamente 100 años, este increible lugar que todavía hoy encierra un montón de misterios. Lo que sí está claro es que el lugar es hermoso, y que los incas le dieron importancia a la belleza del enclave al elegirlo. También es evidente lo avanzados que estaban en ingeniería urbanística, agricultura, canalización de aguas y algo fundamental que occidente olvidó, ser conscientes de la naturaleza y aprovechar la fuerza de sus elementos en vez de luchar contra ellos. Aislados arriba, en la icónica montaña de Huayna Picchu, la que sale en todas las postales de Machu Picchu, a más de 2600 metros sobre el nivel del mar tenían agua, sol, comida, protección, hermosas vistas… en fin, todo lo necesario para vivir, menos wifi.
Un largo y emocionante día de visita y ascensión al epicentro arqueológico de Sudamérica y la sensación de sentirse con el alma llena y limpia. Más o menos la sensación opuesta a la de pasarse un día entero viendo tele basura o paseando por un centro comercial (shopping). Con el alma contenta, ahora era el estómago que empezaba a decir ¿qué hay de lo mío? Y qué mejor lugar para contentarlo que Lima, la capital de uno de los países de gastronomía más apasionante y rica del planeta. Además de sus miles de tipos de sopas y de platos con influencias chinas, españolas, árabes, japonesas… la joya de la corona es el cebiche. Delicioso pescado blanco macerado en limón con cebolla, cilantro, ají picante y sal. Bueno, bueno, cada día comí. Hasta que al quinto día consecutivo el estómago, agotado, dijo «no más pescado crudo, por favor». Porque el día que descansé de cebiche comí sushi, aprovechando la gran colonia japonesa en Perú. Lima es una ciudad muy interesante y el castellano que se habla, uno de los más claros y bonitos del continente. Más que el centro o Miraflores, me gustó el barrio de Barranco por el que callejear entre casas bajas, con poco tráfico, y disfrutar de la vida a bajas revoluciones en una ciudad a orillas del Pacífico. Si van a Lima, no dejen de visitar el barrio de Barranco, y ya que están pídanse un cebiche del pescado del día en el Canta Rana, un restaurant popular especializado en pescados y arroces que abrió un argentino hace más de 25 años en la única ciudad castellanoparlante del continente que puede mirarle a los ojos a Buenos Aires. En Lima termina mi periplo sudamericano y también algo más de nueve meses de viaje por el hemisferio sur: desde Indonesia hasta Perú, vía Australia, Nueva Zelanda, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia. No digo que el viaje termine, todavía no lo siento así. Ahora vuelvo al hemisferio norte, donde empezó esta aventura hace más de 500 días, a cerrar el círculo, y a abrir otros. ¡A ver qué!. Tengo ganas de saber qué hay más allá de la vuelta al mundo y de contároslo. Así que… ¡sigan conectad@s!
el inspirador Estado Plurinacional de Bolivia
Bolivia es uno de los países más ricos de Sudamérica en recursos naturales (gas, sal, litio, plata… bueno, la plata casi ya casi nos la llevamos toda). Y, a veces pasa, también es el país más pobre del subcontinente en renta per capita. No obstante desde 2006 algunas mejoras han empezado a llegar a las capas más humildes de la población. Ese año por primera vez en la historia un indígena llegaba al poder. Evo Morales, un presidente distinto a los que uno conoce. Por muchos motivos, pero me voy a quedar con tres. Uno, emigrante. A los 6 años se fue con su familia a trabajar a Argentina. Dos, cocalero. Antes de ser presidente representó a los cultivadores de coca de la zona plantándole cara a Estados Unidos con éxito en su intento de erradicar ese cultivo de Bolivia. Y tres, indio. Se considera de nacionalidad aymara. Desde que ganó por mayoría absoluta las elecciones de uno de los países con mayor proporción de población indígena de América del Sur unas cuantas cosas han cambiado. Ha descentralizado el poder, llevándose la capital a Sucre, pero manteniendo el gobierno en La Paz. Ha realizado múltiples reformas sociales. Y ha hecho algo que podría exportarse a muchos países del mundo. Consciente de la riqueza y variedad de lenguas, pueblos, culturas y tradiciones que habitan el lugar mucho antes de que existiera la República de Bolivia, o incluso antes de que llegaran los Incas y los españoles, ha rebautizado al país y algunas de sus instituciones. Ministerio de Culturas (¡en plural!), Estado Plurinacional de Bolivia. Y en todos los edificios públicos ondean gigantes la bandera de Bolivia al lado de la igualmente inmensa Wiphala que representa a los pueblos indígenas andinos. ¡Qué sencilla e inteligente fórmula de inclusión! Me estoy imaginando ahora un Ministerio de Culturas de España promoviendo todas las lenguas y culturas del país, y que uno pudiera tener acceso a ellas desde cualquier punto de España. Los vascos que viven en Sevilla o Madrid podrían ver ETB allí, o los valencianos podrían ver TV3 en su tierra para poder practicar más el catalán si quisieran, porque el Ministerio de Culturas garantizaría que todos los ciudadanos tuvieran acceso a las diferentes lenguas y culturas del país. Buena fórmula, la verdad. Los primeros días en Bolivia, a veces me decía cómo me cuesta entender el castellano de algunos bolivianos!, luego me di cuenta de que el castellano de Bolivia es claro y hermoso, y que lo que no entendía era quechua, o aymara, o guaraní o cualquiera de las 37 lenguas oficiales del país. En La Paz callejeé un montón. Disfruté de las Fiestas del Gran Poder con multitudinarias ruas de músicas que me recordaron a las que oí con Vicent en la fiesta de Moros y Cristianos de Alcoi. También vi unos bailes populares que tenían algún parentesco con las sevillanas. Al fin y al cabo, España está en los genes de Bolivia también. Comí en el mercado, saqué fotos y me sentí a gusto como paceño.
Después de La Paz y ya camino a Perú había que acercarse al lago Titicaca. Cuyas aguas se encuentran a más de 3800 metros sobre el nivel del mar. El lago navegable más alto del mundo. Muy energético y especial. La base para explorarlo fue Copacabana, población donde me comí una espectacular trucha al limón y desde la que tomamos un bote a la Isla del Sol. Los paisajes del Titicaca son hermosos. Aguas claras, cielos nítidos, nubes blancas como en los dibujos animados y de fondo, a veces, imponentes picos nevados de los Andes. Uno de esos lugares especiales donde uno podría hacer un retiro espiritual, una cura personal o inspirarse para escribir un libro.
Publicado en 24 Bolivia, el viaje