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Paraguay, un país entre paréntesis


ruinas jesuíticas de Jesús, cerca de Trinidad, Paraguay

ruinas jesuíticas de Jesús, cerca de Trinidad, Paraguay


Hay países que no figuran en las listas de destinos preferidos por los viajeros. Te pido una lista de 10, 25, 50, 100 países que te gustaría visitar y dudo que te acordases de Paraguay. Es natural, a mi también me hubiera pasado. Es como si estuviera entre paréntesis. Como camuflado entre las dos potencias sudamericanas, Brasil y Argentina… y Bolivia.
Y de hecho lo visitamos porque se puso en medio de nuestra ruta y parecía interesante visitar un país tan olvidado por la suerte, la prosperidad y los viajeros. Olía a episodio rural auténtico sin turismo masivo. La entrada fue por Ciudad del Este, otra rara y polvorienta población fronteriza llena de comercio paralelo. De ahí a Encarnación, de la que se ha escrito que es una de las ciudades con más encantos del país. El problema es que en los últimos meses han demolido TODO el barrio histórico, porque hace algún tiempo decidieron que como consecuencia de una presa que iban a construir, la crecida del río Paraná iba a ocupar el espacio del casco antiguo de Encarnación, así que ahora donde estaban los edificios más interesantes de la ciudad no hay NADA, y para colmo resulta que ya no está tan claro que el agua vaya a ocupar el terreno en cuestión. Por suerte las mayores joyas arquitectónicas, históricas y culturales de la región están protegidas por el sello de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Las ruinas de las misiones jesuíticas de Trinidad y Jesús. Mejor conservadas que las argentinas y las brasileñas, y mucho menos transitadas. No había nadie! Todo un lujo pasear entre templos, casas e iglesias de otra época sin hordas de disparadores compulsivos de fotografías digitales. La última parada en Paraguay fue en su capital, Asunción. Donde se respiran las mayores desigualdades económicas de uno de los países más pobres del continente. Palacios majestuosos y chabolas con vistas al río Paraguay. Cochazos y mendigos. Y lo más curioso del asunto es que pasear por sus calles es bastante seguro, especialmente de día y por el centro. Entre otras cosas porque el ejército está en cada esquina, y a diferencia de antaño, ahora velan por la seguridad de los ciudadanos y visitantes. Entre las ciudades visitadas, llano, amplio y prácticamente deshabitado campo. Relajantes paisajes abiertos y vacíos. Con vendedores ambulantes de chipas, el pan nacional, hecho a base de almidón de mandioca o maíz y queso. Como dato anecdótico, una noche, cuando el equipo azulgrana de fútbol orgullo de este modesto país, el Cerro Porteño, se jugaba su pase a la final de la Copa Libertadores contra el Santos de Brasil, Paraguay enmudeció. Y aunque al final no logró la gesta de estar entre los más grandes, al final del partido todos los paraguayos estaban contentos con el buen papel que había hecho su equipo. Pocas veces he visto gente con tan buen perder. Para mi es una de las cosas que más ennoblece a las personas. Jugar por diversión, querer ganar y saber perder.
todo el país apoyando al equipo azulgrana para pasar a la final de la Libertadores

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