
Los catalanes viajan y uno se los va cruzando en los rincones más insospechados del planeta. Algunos aprovechan cada paréntesis laboral para emprender un pequeño aunque a veces lejano viaje, como Isabel de Barcelona, que además lo documenta de maravilla en su más que recomendable blog. Algunos no solo se plantean, sino que además llevan a cabo proezas increibles como la de Anna y Cesc con los que me crucé en Egipto mientras volvían en bici desde Mongolia hasta Vic, Déu n’hi do!. En el barco carguero de Egipto a la India solo había otro pasajero, Goar un catalán afincado en Canarias o un canario nacido en Barcelona, en todo caso otro culo inquieto que ahora debe estar aprendiendo chino en el país del que es originaria la pólvora, el té, los fideos, la acupuntura y el tai chi. Precisamente en China me topé con Pol de Sabadell que llevaba unos cuantos meses fuera de su tierra, conociendo mundo, expandiendo sus horizontes. Y me lo encontré en el acogedor hostal de Chengdu que me había recomendado Lidia de Fonteta, con la que después coincidí en Vietnam con Mireia y Maria, sus amigas de Barna, pero sobre todo compañeras de aventuras. En Vietnam también tuve la visita de Jordi, Txell, Hanne y Salat que vinieron a grabar un capítulo del KM33, próximamente en sus pantallas. Y más tarde, coincidí con Sergi, el tarragoní con el que vi varios partidos del mundial siguiendo a La Roja en pantallas que sonaban en vietnamita, charlando con otros viajeros en inglés y entre nosotros en catalán. En la costa de Kerala, India, conocí a Glòria de Vic, que se fue al ashram de Amma a descubrir sus poderes, dicen que cura con abrazos. En los bungalows de Don Det, Laos, casualmente fui vecino de tres catalanas que disfrutaban de sus vacaciones de agosto: Anna BCN, Anna de Girona y Marta. En agosto se multiplicó el catalán que se escucha por el sudeste asiático. Ahora ya vuelve a sonar menos, dejando paso a los idiomas de los viajeros de largo recorrido como el francés, inglés, alemán y hebréo, porque el catalán es muy viajero, pero bastante estacional. En septiembre el seny nos atrae de vuelta a nuestras responsabilidades (hasta yo empezaré una colaboración con 5minuts+, el nuevo programa despertador de iCat fm que presentará mi compi Mireia Mallol a la que le contaré desde el mundo curiosidades del viaje). Llevo unos días debatiendo por mail con mi amiga de la infancia Victoria Szpunberg sobre nuestra identidad, y cuanto pesa en nuestro parecido cocktail cada componente (el argentino, el judío, el español, el catalán…). A ella, otra catalana singular, y a los que la vida también ha hecho viajar va dedicada esta nota. Hoy, 11 de setembre, lejos de Catalunya, me sumo a lo que diría Groucho Marx si fuera catalán: ésta es mi bandera, si no le gusta, tengo otras.

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